Expo 1913
La Exposición Universal de Barcelona de 1888 (en catalán: Exposició Universal de Barcelona y Exposición Universal de Barcelona en castellano) fue la primera Exposición Universal Internacional de España[1] y se desarrolló entre el 8 de abril y el 9 de diciembre de 1888[2]. También fue la primera de las dos celebradas en Barcelona (la segunda fue en 1929).
Eugenio Serrano de Casanova (periodista, escritor y empresario) intentó lanzar una exposición en 1886 y, al fracasar, el alcalde de Barcelona, Francesc Rius i Taulet, se hizo cargo[1] de la planificación del proyecto. La feria se celebró en el recinto reconstruido de 47 hectáreas del principal parque público de la ciudad, el Parc de la Ciutadella, con el Arco del Triunfo de Vilaseca como entrada. [Más de 2 millones de personas procedentes de España, del resto de Europa y de otros puntos de embarque internacionales visitaron la exposición,[3] que hizo el equivalente a 1.737.000 dólares estadounidenses.[2] La feria fue inaugurada por Alfonso XIII de España y María Cristina de Austria.[1] Participaron 27 países, entre ellos China, Japón y Estados Unidos.
Kolumbus-denkmal barcelona wikipedia
Foto superior centro: Vista general de la Exposición Universal, 1888, Diario Oficial de La Exposición. Cortesía de Wikipedia Commons. Columna superior: Cartel oficial de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, abril de 1888, Diario Oficial de la Expo, Josep Lluis Pellicer. Cortesía de Wikipedia Commons. Columna inferior: Mapa de la Exposición Universal, 1888, probable Autoridad de la Expo. Cortesía de Pinterest.
En 1888 se competía con el mundo, pero Barcelona, y España, querían sumarse al mundo de las expo y acoger una propia. Durante ese año, hubo exposiciones de tipo internacional en Glasgow, Melbourne y Cincinnati, además de un evento más pequeño en Copenhague. Barcelona no se arredró y creó un entorno único que incluía un pabellón arqueado de hierro fundido y una fuente llamada el Umbracle, diseñada por Josep Fontsere. Antoni Gaudí construyó el Pabellón de la Compañía Trasatlántica. Contaba con un Palacio de la Industria de diecisiete hectáreas que albergaba las exposiciones internacionales en veinticuatro naves, además de un Palacio de Bellas Artes y un Salón de Colonias. Había más de sesenta edificios en total y el recinto ferial estaba conectado con el mar, donde se encontraban las exposiciones marítimas.
Exposición Universal de Colonias
Tras unos años turbulentos, repletos de guerras y cambios de gobierno, la situación sociopolítica de España se estabilizó con la restauración de la primera república, que tuvo lugar en 1875. Barcelona vivió entonces una etapa de desarrollo industrial y progreso cultural que se había iniciado en las décadas anteriores.
La Exposición Universal de Barcelona fue idea de Eugenio R. Serrano de Casanova, gallego y carlista afincado en París, y uno de los representantes oficiales del gobierno español en la Exposición Internacional del Centenario de 1876, la primera Exposición Universal oficial de Estados Unidos, y antes de todas las demás hasta la de Amberes de 1884. De estos modelos surgió la idea de organizar una exposición similar en España, concretamente en Barcelona, la ciudad más reconocida por su industrialismo. Serrano propuso la idea al ayuntamiento, que la escuchó con interés, y al alcalde Rius i Taulet, que se volcó en la planificación, hasta el punto de que muy pronto el ayuntamiento se convirtió en la entidad organizadora.
Palacio de la electricidad
La Exposición Universal de 1888 se celebró en Barcelona en el contexto de la Restauración, bajo la regencia de la reina María Cristina, y contribuyó a situar a Barcelona al nivel de las grandes ciudades europeas. Por otra parte, también sirvió de catalizador para terminar obras de la ciudad hasta entonces inacabadas y poner en marcha nuevos servicios e infraestructuras necesarias. De hecho, el cálculo que preveía una asistencia de 400.000 visitantes a una ciudad que en aquel momento sólo contaba con 510.000 habitantes, puso de manifiesto la necesidad de aumentar la oferta hotelera de la ciudad para que los visitantes pudieran pernoctar sin problemas si se quería que la Exposición fuera un éxito. En consecuencia, el 12 de agosto de 1887, el Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso público para construir una gran «posada» que diera servicio a la Exposición Universal de Barcelona.
Montaner fue el arquitecto seleccionado para llevar a cabo el proyecto que culminaría con la construcción del Hotel Internacional, un edificio monumental, de 5250 m² ganados al mar, y construido sólo en 53 días.
