Declaración del hombre y del ciudadano resumen
Una vez acordada la necesidad de redactar una declaración de derechos, los diputados de la Asamblea Nacional se enfrentan a la ardua tarea de componer una que pueda ser aceptada por la mayoría. El debate planteó varias cuestiones: si la declaración debía ser breve y limitarse a los principios generales o si debía incluir una larga explicación del significado de cada artículo; si la declaración debía incluir una lista de deberes o sólo de derechos; y cuáles eran exactamente «los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre». Tras varios días de debates y votaciones, los diputados decidieron suspender sus deliberaciones sobre la declaración, tras haber acordado diecisiete artículos. En ellos se exponía una nueva visión del gobierno, en la que la protección de los derechos naturales sustituía a la voluntad del Rey como justificación de la autoridad. Muchas de las reformas favorecidas por los escritores de la Ilustración aparecían en la declaración: libertad de religión, libertad de prensa, ausencia de impuestos sin representación, eliminación de los castigos excesivos y diversas salvaguardias contra la administración arbitraria.
Comentarios
Los representantes del pueblo francés, organizados en Asamblea Nacional, creyendo que la ignorancia, el descuido o el desprecio de los derechos del hombre son la única causa de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, para que esta declaración, estando constantemente ante todos los miembros del cuerpo social, les recuerde continuamente sus derechos y sus deberes; para que los actos del poder legislativo
para que los actos del poder legislativo, así como los del poder ejecutivo, puedan ser comparados en cualquier momento con los objetos y propósitos de todas las instituciones políticas y puedan así ser más respetados, y, por último, para que los agravios de los ciudadanos, basados en lo sucesivo en principios simples e incontestables, tiendan al mantenimiento de la constitución y redunden en la felicidad de todos. Por lo tanto, la Asamblea Nacional reconoce y proclama, en presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano:
Declaración Universal de los Derechos Humanos
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia en agosto de 1789, es un documento fundamental de la Revolución Francesa que otorgaba derechos civiles a algunos plebeyos, aunque excluía a un segmento importante de la población francesa.
Un modelo de gobierno de un Estado (o de quién controla el Estado) desarrollado por primera vez en la antigua Grecia. Según este modelo, el Estado se divide en ramas, cada una con poderes y áreas de responsabilidad separados e independientes, de modo que los poderes de una rama no entran en conflicto con los poderes asociados a las otras ramas. La división típica de los poderes es la de legislativo, ejecutivo y judicial.
Durante la Revolución Francesa se inició una marcha entre las mujeres de los mercados de París que, en la mañana del 5 de octubre de 1789, estuvieron a punto de amotinarse por el alto precio y la escasez de pan. Sus manifestaciones se mezclaron rápidamente con las actividades de los revolucionarios, que buscaban reformas políticas liberales y una monarquía constitucional para Francia. Las mujeres del mercado y sus diversos aliados se convierten en una multitud de miles de personas. Alentadas por los agitadores revolucionarios, saquean la armería de la ciudad en busca de armas y marchan hacia el Palacio de Versalles.
Declaración de los derechos de la mujer y del ciudadano
1 El 4 de agosto de 1789, los encargados de redactar la Constitución decidieron que ésta debía ir precedida de una Declaración de Derechos. Los diputados debatieron intensamente esta Declaración y la votaron artículo por artículo a lo largo de la semana del 20 al 26 de agosto de 1789. El texto sigue siendo parte activa de la Constitución francesa.
3de la desgracia pública y de la corrupción de los gobiernos, y han resuelto exponer, en una Declaración solemne, los derechos naturales, sagrados e inalienables del hombre, para que esta Declaración, constantemente presente a todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; para que los actos del poder legislativo, y los del poder ejecutivo, puedan ser comparados en todo momento con los objetos y propósitos de todas las instituciones públicas y puedan así ser más respetados; para que las peticiones de los ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e incontestables, puedan tender siempre al mantenimiento de la Constitución y a la felicidad de todos.